No damos una ...

Mi primer contacto con la futurología se produjo en los años setenta. Por aquella época, se hizo muy famoso en España Rafel Lafuente, astrólgo malagueño, que al parecer había predicho la crisis del petróleo de 1973. A partir de aquel supuesto acierto empezó a aparecer en la televisión pública, y única, haciendo todo tipo de profecías. De todo lo que dijo, guardo nítídamente en mi memoria dos predicciones que hizo por aquella época, posiblemente en el programa "Directísimo" de José María Íñigo (foto).

  • Determinó con exactitud el día de su muerte.
  • Estableció que se produciría la Tercera Guerra Mundial a principios de los años 80 del siglo pasado.
No acertó ninguna. Ni se murió el día indicado ni ocurrió la Tercera Guerra Mundial, que se suponía que empezaría en Oriente Medio (era la época de la revolución islámica en Irán).


José María Íñigo, izquierda, y Rafael Lafuente


Paco Rabanne
Otro inesperado lumbreras de la adivinación fue Paco Rabanne (Paco Rabaneda Cuervo), diseñador de moda español de gran éxito, afincado en  Francia, que nos sorprendió en 1999 con una interpretación de una profecía de Nostradamus que indicaba que en ese año del Cielo vendría un gran Rey de Terror. Rabanne, gran aficionado al exoterismo anunció que el 11 de agosto caería la estación espacial Mir sobre París, destruyendo la ciudad.
Afortunadamente sigue dedicado a la creación de moda y otros productos asociados a ella y no creo que vuelva a meterse a profeta.









Charles Taze, fundador T. de Jehová
Pero sin duda alguna, mis bocazas favoritos, en esto de las predicciones, son algunos de los líderes religiosos de los Testigos de Jehová, que han dictaminado el fin del mundo para los años 1914, 1925, 1975 y 1984. De momento van fallando y lo peor es que cuando acierten no quedará nadie a quién decirle aquello de: "Te lo dije, ¿Ves como tenía razón?"













Aunque en esto de anticipar el fin del mundo, los Testigos de Jehová no son los únicos. Ha habido muchísimas profecías. Puedes ver las más sobresalientes en esta lista. Lo más curioso es que está demostrado que fallamos muchísimo, no sólo en predicciones apocalípticas, sino también en otras más cotidianas. Aunque eso no impide que haya muchos que afirmen que ellos ya lo habían avisado (por ejemplo, la crisis económica). Éstos son los profetas del pasado, y esto ya es otra historia.








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